Falsos profetas: lobos vestidos de ovejas

En el libro de Mateo, específicamente en el capítulo 7, versículos 15 al 27, Jesús advierte a sus seguidores sobre los falsos profetas que se presentan como ovejas, pero en realidad son lobos rapaces. Esta metáfora de lobos vestidos de ovejas es una advertencia sobre las apariencias engañosas y la importancia de discernir la verdadera naturaleza de aquellos que pretenden ser seguidores de Dios.

En esta nota hablaremos sobre
  1. La advertencia de Jesús
  2. La importancia de la verdadera fe y obediencia
  3. La sabiduría de edificar sobre la roca

La advertencia de Jesús

Jesús comienza diciendo: cuídense de los falsos profetas, que vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Esta frase es una clara advertencia sobre aquellos que se presentan como seguidores de Dios, pero en realidad tienen intenciones maliciosas. Jesús les dice a sus seguidores que podrán reconocer a estos falsos profetas por sus frutos, es decir, por sus acciones y comportamiento.

En el versículo 16, Jesús dice: todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. Aquí, Jesús establece una clara distinción entre aquellos que son verdaderos seguidores de Dios y aquellos que solo pretenden serlo. Los verdaderos seguidores de Dios producirán frutos buenos, es decir, actuarán de acuerdo con los principios y enseñanzas de Dios. Por otro lado, los falsos profetas, aunque se presenten como seguidores de Dios, producirán frutos malos, es decir, actuarán de manera contraria a los principios y enseñanzas de Dios.

En el versículo 20, Jesús resume su advertencia diciendo: así que ustedes los conocerán por sus frutos. Aquí, Jesús enfatiza la importancia de observar las acciones y comportamiento de aquellos que pretenden ser seguidores de Dios. No debemos dejarnos engañar por las apariencias, sino que debemos discernir la verdadera naturaleza de las personas a través de sus acciones.

La importancia de la verdadera fe y obediencia

Jesús continúa su enseñanza en los versículos siguientes, destacando la importancia de tener una fe genuina y de obedecer la voluntad de Dios. En el versículo 21, Jesús dice: no todo el que me dice: 'señor, señor', entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi padre que está en los cielos. Aquí, Jesús enfatiza que no es suficiente tener una profesión verbal de fe en Él, sino que es necesario vivir de acuerdo con los principios y enseñanzas de Dios.

Jesús también advierte en los versículos 22 y 23 sobre aquellos que pretenden ser seguidores de Dios, pero en realidad no lo son. Estos individuos pueden tener una apariencia religiosa y realizar actividades aparentemente espirituales, como profetizar en el nombre de Jesús o realizar milagros. Sin embargo, Jesús les dirá claramente: nunca los conocí. ¡apártense de mí, obreros de la maldad!. Esta advertencia es una llamada a la sinceridad y a la verdadera fe en Dios.

La sabiduría de edificar sobre la roca

En los versículos 24 al 27, Jesús utiliza una parábola para ilustrar la importancia de edificar nuestras vidas sobre una base sólida. Jesús compara a aquellos que escuchan sus palabras y las ponen en práctica con un hombre prudente que edifica su casa sobre la roca. Aunque vengan las adversidades y las pruebas, esta casa se mantiene firme porque está fundamentada en la roca.

Por otro lado, aquellos que escuchan las palabras de Jesús pero no las ponen en práctica son comparados con un hombre insensato que edifica su casa sobre la arena. Cuando llegan las adversidades y las pruebas, esta casa se derrumba porque no tiene una base sólida.

La enseñanza de esta parábola es clara: es necesario no solo escuchar las palabras de Jesús, sino también ponerlas en práctica. La verdadera fe se demuestra a través de las acciones y la obediencia a los principios y enseñanzas de Dios.

El pasaje de Mateo 7:15-27 nos enseña la importancia de discernir la verdadera naturaleza de aquellos que pretenden ser seguidores de Dios. Jesús nos advierte sobre los falsos profetas que se presentan como ovejas, pero en realidad son lobos rapaces. Debemos estar atentos a sus acciones y comportamiento, ya que los verdaderos seguidores de Dios se reconocen por sus frutos. Además, Jesús enfatiza la importancia de tener una fe genuina y de obedecer la voluntad de Dios. No es suficiente tener una profesión verbal de fe, sino que es necesario vivir de acuerdo con los principios y enseñanzas de Dios. Por último, Jesús nos anima a edificar nuestras vidas sobre una base sólida, es decir, sobre sus palabras y enseñanzas. Al hacerlo, seremos capaces de resistir las adversidades y las pruebas que se presenten en nuestra vida.

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