Ares, el dios griego de la guerra, es conocido por su temperamento explosivo, su agresividad y su insaciable sed de conflicto. Aunque fue uno de los dioses olímpicos menos populares debido a estas características, su figura fue recurrente en el arte griego y se volvió aún más popular en la época romana como Marte, el dios romano de la guerra.
Las características de Ares
Ares era hijo de Zeus y Hera, y sus hermanas eran Hebe e Ilitía. A pesar de ser un dios, los griegos consideraban que provenía de Tracia, asociándolo con los pueblos extranjeros amantes de la guerra. Ares se destacaba por su belleza y valor, cualidades que le ayudaron a ganarse el afecto de la diosa Afrodita, con la que tuvo una hija, Harmonía, y el dios del amor y el deseo, Eros. Su relación con Afrodita enfureció a Hefesto, esposo de la diosa, lo que resultó en el destierro temporal de Ares del Olimpo.
Los animales que representan a Ares
En la mitología griega, Ares era representado por animales como el perro y el buitre. El perro simbolizaba la ferocidad y el coraje en la guerra, mientras que el buitre representaba la muerte y la destrucción. Estos animales reflejaban el carácter violento y sangriento de Ares en la batalla.
La muerte de Ares
Ares fue asesinado por Hércules en una pelea. El hijo de Ares, Cicno, se hizo famoso por asaltar a los peregrinos que se dirigían al oráculo de Delfos, lo que provocó la intervención de Hércules. Durante la pelea, Hércules logró herir a Ares con la ayuda de Atenea, lo que resultó en la derrota del dios de la guerra. Otra situación vergonzosa para Ares fue su captura por los gemelos gigantes Efialtes y Oto, quienes lo encarcelaron en una jarra de bronce durante un año hasta que fue liberado por Hermes.
Aunque Ares fue derrotado en estas ocasiones, su papel en la mitología griega como el dios de la guerra sigue siendo relevante. Su representación en el arte y su presencia en los mitos demuestran su importancia en la cultura griega y romana.
La vestimenta de Ares en el arte
En el arte griego antiguo, arcaico y clásico, Ares se representaba con una armadura completa y un casco, portando un escudo y una lanza. Su figura era similar a la de cualquier otro guerrero armado. A veces, se le representaba montado en un carro tirado por caballos que respiraban fuego. El mito de la batalla de Ares con Hércules fue un tema recurrente en los jarrones áticos del siglo VI a.C.
En épocas posteriores, el dios romano Marte adoptó muchos de los atributos de Ares. Marte era el padre de Rómulo y Remo, los legendarios fundadores de Roma, y se convirtió en el dios patrón de la ciudad. En la mitología romana, Marte era menos humano que Ares, pero también era reverenciado y honrado en festividades y rituales.
El culto a Ares
Aunque el culto a Ares no era común, había templos dedicados al dios en diferentes lugares, como Creta, Argos, Atenas, Eritrea, Gerontras, Megalópolis, Tegea, Terapne y Trecén. Ares también era venerado en Tracia y entre los cólquidas del Mar Negro. Esparta, conocida por su cultura militarista, también le otorgaba gran importancia a Ares.
Ares era el dios griego de la guerra, conocido por su carácter explosivo y su sed de conflicto. Su representación en el arte y su presencia en los mitos demuestran su importancia en la cultura griega y romana. Aunque fue derrotado en varias ocasiones, su papel como dios de la guerra sigue siendo relevante en la mitología y en la historia de la antigua Grecia y Roma.
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