La ropa blanca es delicada y puede ensuciarse fácilmente, mostrando manchas y percudido con mayor facilidad que la ropa de color. Además, con el tiempo, puede adquirir un tono amarillento que es difícil de eliminar. Sin embargo, existe una solución sencilla para mantener tus prendas blancas realmente blancas: el uso de blanqueador de ropa. En este artículo, te explicaremos cómo utilizarlo correctamente para obtener los mejores resultados.
Separa las prendas blancas de la ropa de color
El primer paso para preservar la blancura de tu ropa es clasificar las prendas por colores. Se recomienda separar la ropa para lavarla, evitando así el riesgo de que los colores se destiñan y manchen las prendas blancas. Los tonos claros como el blanco, beige, crema y todos los colores pastel pueden lavarse juntos, a menos que estén mezclados con colores más fuertes que puedan despintar. Los colores intensos y vivos como el rojo, negro y azul marino se pueden lavar juntos sin problemas.
Ajusta la temperatura de la lavadora
Es importante ajustar la temperatura del agua de acuerdo a las indicaciones del fabricante de las prendas. Por ejemplo, no se recomienda usar agua caliente para lavar telas delicadas como la lencería, seda y lana, pero sí es recomendable para remover la suciedad de toallas y telas gruesas. Revisa siempre las etiquetas de cuidado de cada prenda antes de elegir la temperatura de lavado para evitar encojidos o deformaciones.
Utiliza la cantidad adecuada de detergente y blanqueador
La cantidad de detergente que debes utilizar depende del tamaño de la carga de ropa y del nivel de suciedad de las prendas. Agregar más detergente del necesario puede generar una acumulación lechosa de jabón y suciedad en la ropa. Para blanquear la ropa blanca en la lavadora, te recomendamos utilizar un blanqueador específico como el Súper Blanco Toallitas, que mantiene las prendas blancas como nuevas por más tiempo, evita su percudido y combate los tonos grises y amarillos sin usar cloro. Coloca una toallita blanqueadora en el tambor donde vayas a lavar tu ropa blanca y agrega el detergente de tu preferencia. Inicia el programa de lavado normal y retira las toallitas al finalizar el ciclo.
Tener en cuenta que no se debe dejar la ropa en remojo con el blanqueador, mezclarlo con otros productos o utilizar cloro, ya que este químico puede blanquear la ropa de manera áspera y dejar un tono amarillento.
Seca las prendas de forma adecuada
Una vez finalizado el ciclo de lavado, es recomendable secar la ropa de inmediato para evitar que adquiera olores a humedad o se forme moho. La forma más conveniente de secar la ropa blanca es al aire libre, ya que además de ser más económico que utilizar la secadora, permite que las prendas se ventilen y eliminen cualquier residuo de humedad.
Estos consejos te ayudarán a mantener tu ropa blanca impecable y evitar que adquiera tonos amarillentos o percudidos. Recuerda siempre seguir las indicaciones de cuidado de cada prenda y utilizar productos específicos para blanquear la ropa sin dañarla. Si tienes algún otro consejo o experiencia sobre este tema, ¡compártelo con nosotros en los comentarios!
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