En octubre de 1922, Benito Mussolini lideró una operación conocida como la marcha sobre roma para hacerse con el poder en Italia a través de la vía insurreccional. A pesar de que su partido, el Partido Nacional Fascista, era una fuerza marginal en el Parlamento, Mussolini logró instalar el primer régimen fascista de la historia. Este éxito tuvo graves consecuencias tanto para Italia como para el resto de Europa y el entorno en los años siguientes.
La movilización de las camisas negras
La Marcha sobre Roma se llevó a cabo entre el 27 y 28 de octubre de 192Durante estos días, los camisas negras, milicianos fascistas reconocidos por sus uniformes oscuros, comenzaron a tomar ciudades y pueblos del norte y centro de Italia. Estos milicianos depusieron a las autoridades legítimas, asaltaron guarniciones militares y policiales, y se dirigieron hacia Roma.
En Roma, el primer ministro Luigi Facta ordenó al Ejército y a la policía impedir el ingreso de los fascistas por cualquier medio. Sin embargo, el rey Víctor Manuel III se negó a firmar un decreto que declaraba el estado de sitio, lo que hubiera permitido detener a los insurrectos. Ante la negativa del rey, Facta renunció y el líder de los sublevados, Mussolini, aceptó la oferta de convertirse en el nuevo primer ministro.
El mito de la revolución
Uno de los mitos centrales del fascismo fue el asalto al poder de Mussolini en octubre de 192Sin embargo, en realidad el poder le fue entregado en bandeja. A pesar de que la Marcha sobre Roma fue presentada como una epopeya por los fascistas, en realidad fue una operación mal planificada y caótica. Los miembros de los camisas negras no eran legiones de César, sino un grupo desorganizado y mal equipado.
A pesar de estos obstáculos, los fascistas lograron su cometido gracias a la descoordinación de las autoridades y a la falta de resistencia por parte del Ejército. El rey Víctor Manuel III pensó que Mussolini podría instaurar la estabilidad en el país y se negó a declarar el estado de sitio. Esta decisión no solo supuso el fin de la democracia italiana, sino también de la monarquía.
El legado del fascismo
El ascenso al poder de Mussolini y el régimen fascista tuvieron graves consecuencias para Italia y el entorno. A lo largo de los años, Mussolini incrementó su propio poder y recortó los derechos civiles de la población. Además, su agenda expansionista llevó a Italia a ocupar territorios y a aliarse con la Alemania nazi, lo que resultó en el asesinato de miles de personas en el Holocausto.
Sin embargo, los expertos afirman que no existen las condiciones para un retorno a la dictadura fascista en la actualidad. Aunque algunos movimientos y organizaciones con ideologías fascistas están resurgiendo en varios países europeos, las sociedades actuales cuentan con más controles y equilibrios, tanto dentro como fuera del gobierno. Además, existe una sociedad civil tecnológicamente empoderada que responsabiliza a los gobiernos.
La Marcha sobre Roma y el ascenso de Mussolini al poder en 1922 marcaron el comienzo de un régimen fascista en Italia que tuvo graves consecuencias para el país y el entorno. Aunque el fascismo se resiste a morir y algunos movimientos con ideologías similares están resurgiendo, las condiciones actuales hacen improbable un retorno a la dictadura fascista. Sin embargo, es importante estar alerta y defender los valores democráticos para evitar que el fascismo y otras ideologías autoritarias puedan tomar nuevamente el poder.
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