Vestidos de novia al cuerpo: evolución histórica y estilos

Los vestidos de novia son una de las prendas más emblemáticas y especiales en una boda. A lo largo de la historia, han experimentado cambios significativos en cuanto a colores, estilos y cortes. En este artículo, te llevaremos a través de un viaje por el tiempo para descubrir cómo han evolucionado los vestidos de novia al cuerpo desde la Edad Media hasta nuestros días.

En esta nota hablaremos sobre
  1. La Edad Media: colores oscuros y llamativos
  2. Siglo XIX: vestidos de novia negros
  3. 1840: el blanco llegó para quedarse
  4. Décadas de 1920 y 1930: comodidad ante todo
  5. Décadas de 1940 y 1950: bienvenido largo midi
  6. Años 60: vestidos de novia cortos
  7. Años 70: novias con pantalones acampanados
  8. Años 80: tradición y modernidad
  9. Años 90: vestidos de novia minimalistas
  10. Siglo XXI: creatividad y diversidad

La Edad Media: colores oscuros y llamativos

En la Edad Media, los vestidos de novia se caracterizaban por ser prendas de manga larga con texturas como el terciopelo o la seda. Los colores más populares eran los oscuros o llamativos, como el rojo, el azul y el verde. En el Renacimiento, las prometidas elegían su vestido de novia según el significado del color. Por ejemplo, el azul representaba el amor verdadero, mientras que el rojo simbolizaba prosperidad y felicidad.

Siglo XIX: vestidos de novia negros

En el siglo XIX, era común que las prometidas se casaran de negro. Esto se debía a diferentes razones, como la recesión económica en algunos países, donde las novias no tenían presupuesto para comprar telas caras en colores claros. También se usaba el negro en honor a los padres fallecidos antes de la boda, como una forma de honrar su memoria y el luto. O bien, las mujeres que se consideraba habían caído en la deshonra por vivir con su novio antes del matrimonio.

1840: el blanco llegó para quedarse

Fue en 1840 cuando la Reina Victoria marcó la tendencia del vestido de novia blanco, que perdura hasta nuestros días. Aunque se habían utilizado vestidos blancos en bodas anteriores, fue el vestido de novia blanco de la Reina Victoria lo que consolidó esta tradición. A partir de entonces, el blanco se convirtió en el color por excelencia para las novias. Además, se estableció la regla de que ninguno de los invitados podía usar este color en la boda.

Décadas de 1920 y 1930: comodidad ante todo

A principios del siglo XX, los vestidos de novia eran elaborados, ostentosos y de cortes amplios. Las colas eran largas y se asociaban con la duración del matrimonio. Sin embargo, en las décadas de 1920 y 1930, hubo una preocupación por la comodidad en los diseños. Los vestidos de novia se volvieron más relajados, con cortes holgados que facilitaban el movimiento. Las faldas eran menos voluminosas y se prescindía del corsé.

Décadas de 1940 y 1950: bienvenido largo midi

En la mitad del siglo XX, los vestidos de novia se inclinaron hacia diseños a media pierna. Se destacaba la silueta femenina con ajustes en la cintura y faldas voluminosas de tul. En esta época, los velos perdieron protagonismo.

Años 60: vestidos de novia cortos

La moda de los años 60, con la minifalda y el espíritu de libertad, también influyó en los vestidos de novia. Se comenzaron a ver vestidos más cortos y diseños que reflejaban el espíritu de la década de los 70. Audrey Hepburn fue una de las principales embajadoras de esta tendencia, luciendo un minivestido rosa de manga larga y cuello alto en su boda de 196

Años 70: novias con pantalones acampanados

El movimiento hippie de los años 70 trajo consigo trajes de novia con pantalones acampanados. Los vestidos se volvieron más vaporosos y holgados, combinados con botas y sombrero. Fue la primera vez que se vio a mujeres casarse con pantalones acampanados.

Años 80: tradición y modernidad

En la década de los 80, algunas mujeres optaron por alejarse del tradicional vestido de novia blanco y eligieron vestidos coloridos, llamativos y con cortes sensuales. Sin embargo, también se destacaron los vestidos de novia ostentosos, elaborados y con detalles de alta costura, como mangas amplias, volantes en la falda y cancanes o crinolinas. Los velos volvieron a tener protagonismo, como el icónico vestido de novia que usó Lady Di en su boda con el príncipe Carlos.

Años 90: vestidos de novia minimalistas

En los años 90, se impuso la tendencia de diseños sencillos, con líneas simples y estilo minimalista. Se destacaban las líneas depuradas y la ausencia de apliques recargados, pero sin dejar de lado el encantador brillo de la seda. Los vestidos de novia de corte evasé fueron especialmente populares en esta década.

Siglo XXI: creatividad y diversidad

En el siglo XXI, los vestidos de novia se caracterizan por una gran diversidad de texturas y materiales. Se pueden encontrar diseños hechos con tul, encajes y bordados. También se aprecian cortes relajados que conservan la solemnidad de una boda, como el corte imperio, los vestidos estilo vintage o las faldas cortas. La creatividad es clave en esta época, permitiendo a las novias expresar su estilo y personalidad a través de su vestido de novia.

Los vestidos de novia al cuerpo han experimentado una notable evolución a lo largo de la historia. Desde los colores oscuros y llamativos de la Edad Media, pasando por el dominio del blanco a partir del siglo XIX, hasta llegar a la diversidad de estilos y diseños del siglo XXI. Hoy en día, las novias tienen la libertad de elegir el vestido que refleje su personalidad y estilo, ya sea tradicional o más vanguardista.

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