La ropa y la moda africana son temas diversos que nos brindan un vistazo a las diferentes culturas africanas. La vestimenta varía desde textiles de colores brillantes, hasta túnicas bordadas de forma abstracta, pasando por pulseras y collares de cuentas coloridas. Dado que África es un continente tan grande y diverso, la vestimenta tradicional difiere en cada país. Por ejemplo, muchos países de África Occidental tienen estilos de vestimenta regional distintos que son el resultado de antiguas artesanías textiles en tejidos, tintes e impresiones, pero estas tradiciones aún pueden coexistir con los estilos occidentales. Existe una gran diferencia en la moda africana entre las sociedades urbanas y rurales. Las sociedades urbanas suelen estar más expuestas al comercio y al entorno en constante cambio, mientras que en las áreas rurales tarda más tiempo en llegar las nuevas tendencias occidentales.
Vestimenta en el África Saheliana
En el África Saheliana, se utilizan de manera prominente el dashiki, el kaftán senegalés y el gran boubou, aunque no exclusivamente (por ejemplo, el bogolanfini se usa en Mali). El dashiki es muy estilizado y se caracteriza por su cuello en forma de V ornamentado. En contraste, el gran boubou es más sencillo, aún más que la djellaba, aunque los diseños de colores alcanzan proporciones impresionantes, especialmente entre los tuareg, quienes son conocidos por sus túnicas de índigo teñidas.
La diversidad de Sudáfrica
Sudáfrica, con una población estimada de más de 57 millones de personas de diversas procedencias, etnias y religiones, alberga una inmensa diversidad cultural que se expresa a través de una amplia gama de temas que van desde la cocina, la música y los idiomas hasta las celebraciones. La moda, que se conecta estrechamente con la vida diaria de las personas, también desempeña un papel crucial en la identificación de la cultura y la gente sudafricana, al igual que en cualquier otro lugar del entorno. Cada prenda de vestir que eligen las personas puede ser simplemente porque está a su alcance o utilizarse como expresión de estilo, creencias políticas, religiosas y perspectivas de la vida. Sin importar cómo se haya elegido, cada prenda de vestir contiene una larga historia en su interior.
Período precolonial
Uno de los vestigios más antiguos de la vestimenta sudafricana se remonta a hace unos 2000 años, cuando los descendientes de la población del Paleolítico Medio, los khoisan, se establecieron en la Península del Cabo, en el extremo suroeste del continente africano. Estas personas se dividieron en dos grupos: los san, cuya vida dependía en gran medida de la caza y la recolección, y los khoikoi, que eran pastores nómadas. Sin contacto con extranjeros, no tenían acceso a prendas y telas importadas. En su lugar, estos primeros colonos utilizaron recursos disponibles como la piel suavizada de animales de caza y domésticos, y a veces plantas y cáscaras de huevo de avestruz para hacer ropa. Además de estas fuentes, la introducción del metal también les brindó más opciones para la moda. La llegada de los khoisan fue seguida poco después por grupos de personas de habla bantú, quienes, a través de la expansión bantú, terminaron en conflicto y ocuparon las tierras de los khoisan, obligándolos a dispersarse y ser absorbidos por la comunidad de habla bantú. El asentamiento de las personas de habla bantú resultó en la formación del Reino de Mapungubwe, desde el 900 hasta el 1300 d.C., que floreció gracias al comercio con otras regiones extranjeras de oro y marfil a cambio de ropa, cuentas de vidrio y porcelana china. Los habitantes de habla bantú en Sudáfrica también dieron origen a los principales grupos étnicos de Sudáfrica en la actualidad, que incluyen a los nguni (zulúes, xhosas, suazis y ndebeles) y los soto-tswana (tsuana, pedi y sotho), así como otros grupos en áreas del noreste de Sudáfrica, como los venda, lemba y tsonga. Todos estos grupos comparten el hogar común de Sudáfrica pero tienen idiomas y culturas distintivas.
Período colonial
La colonización a partir de mediados del siglo XVII cambió sin duda alguna a Sudáfrica en todos los aspectos, incluida la moda, que fue influenciada en gran medida por la llegada de nuevos materiales de Europa, así como por la visión eurocéntrica del cuerpo y la ropa, que percibía que los sudafricanos vestían de manera desnuda, lo que impuso cambios en la moda tradicional de estos grupos indígenas. La ropa tradicional hecha con materiales locales se incorporó con nuevos estilos y artículos de Europa. A principios del siglo XIX, las cuentas de vidrio y plástico de Europa se sumaron a la colección tradicional de materiales que los indígenas sudafricanos utilizaban para hacer trabajos con cuentas. Hacia finales del siglo XIX, se introdujo en Sudáfrica el tejido isishweshwe a través de la importación desde Inglaterra y Alemania. El tejido estaba hecho con tintes de índigo y, posteriormente, con una forma sintética de tintes de índigo en una variedad de colores que iban desde el azul y el rojo hasta el marrón y el granate, y se asociaba con decoraciones de patrones geométricos replicados y ordenados. El isishweshwe se fue integrando lentamente al entorno de la moda sudafricana, apareciendo en la ropa de la clase trabajadora, las mujeres rurales y los soldados masculinos. Aunque era popular, debido a que era importado de otros países, no se reconoció como algo único de la moda africana hasta 1982, cuando una empresa sudafricana, Da Gama Textiles, comenzó a producir los tejidos que ayudaron a elevar su estatus y considerarlo como un tipo de tela representativa de Sudáfrica. Con la influencia de los colonizadores, la moda occidental se impuso en Sudáfrica, y las personas de clase educada preferían los abrigos y sombreros eduardianos. Los hombres trabajadores también adoptaron el estilo occidental, lo que aumentó la demanda de estos productos. Las tiendas en estas áreas de trabajo ofrecían una amplia variedad de productos, como botas, abrigos, chaquetas de tweed, chalecos, camisas, tirantes, cinturones, sombreros, pañuelos y relojes de bolsillo.
Período del apartheid
En esta época de clasificación de las personas según su etnia y raza, los vestidos únicos de cada comunidad indígena sudafricana se utilizaban como una de las herramientas de distinción. Sin embargo, además de eso, vestir ropa tradicional también actuaba como una forma de resistencia y descontento por parte de las personas de color sudafricanas hacia el gobierno dirigido por una minoría de personas blancas. Los líderes, como Nelson Mandela, usaban vestimenta tradicional, como una prenda xhosa, en 1962 durante su juicio por intentar derrocar al gobierno. La expresión de su identidad como un verdadero sudafricano hablaba de la agresión en la resistencia y de la lucha por el control de su propio país. A pesar de que los vestidos tradicionales se usaban como parte de la expresión de la identidad, la moda sudafricana durante el apartheid siguió experimentando la creciente influencia de la moda europea. Muchos diseñadores sudafricanos construyeron un puente entre la moda de antes del apartheid, cuando la ropa en Sudáfrica dependía en gran medida de la importación de la moda europea, y la moda posterior al apartheid, cuando celebrar la propia etnia fue construida por muchos diseñadores sudafricanos que llevaron un toque de África a la ropa de estilo europeo. Un ejemplo notable es Marianne Fassler, quien incorporó el estampado de leopardo a la ropa de estilo europeo. Se inspiró en fuentes sudafricanas, desde la ropa de los grupos indígenas hasta artistas como Barbara Tyrrell y Marlene Dumas.
Desarrollo de la industria de la moda en Sudáfrica
A partir de 2016, ha habido un auge en el desarrollo de tiendas, boutiques de ropa, hoteles y restaurantes importantes en Accra, Ghana. Con el paso del tiempo, ha habido un mayor reconocimiento del desarrollo del arte a través de la creación de moda en países como Kenia, Marruecos, Nigeria y Sudáfrica. Si bien hay una desconexión global entre el entorno occidental y su interpretación de la moda africana a través del uso de patrones tribales, muchos diseñadores han surgido y han tenido un impacto en la industria de la moda de alta gama al darle un giro a su ropa africana tradicional. Ahora, nuevos diseñadores están tratando de expandir su huella empresarial y educar al entorno sobre la versatilidad de la moda africana. Más específicamente, el desarrollo de Johannesburgo en la industria de la moda ha sido más intencional. Con la ayuda de muchos diseñadores, Johannesburgo ha construido un distrito de moda en el centro de la ciudad que se ha hecho un nombre a nivel mundial. Mientras que los nuevos diseñadores utilizan este lugar como un trampolín para su expansión, las casas de moda establecidas también desempeñan un papel en el desarrollo del distrito. La conversión de las casas de moda establecidas y en desarrollo ha generado respeto internacional por Sudáfrica en la industria de la moda, convirtiendo la Semana de la Moda de Sudáfrica en un destino importante en el ámbito de la moda mundial al comienzo de cada temporada de primavera/verano y otoño/invierno. Gracias a la gran cantidad de talento negro establecido en la ciudad, Johannesburgo se ha convertido en una de las principales capitales de la moda no solo para los creativos negros, sino también para los diseñadores de todas las razas.
La vestimenta de Sudáfrica es un reflejo de su diversidad cultural y de su historia. Desde la vestimenta tradicional de los diferentes grupos étnicos hasta la influencia de la moda occidental durante el período colonial y el apartheid, la moda sudafricana ha evolucionado y se ha adaptado a lo largo del tiempo. Hoy en día, Sudáfrica cuenta con una floreciente industria de la moda que combina elementos tradicionales con toques modernos, y que ha ganado reconocimiento a nivel internacional. La moda sudafricana es una expresión de identidad, orgullo y creatividad, y continúa siendo una fuente de inspiración para diseñadores y amantes de la moda en todo el entorno.
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